Algunos todavia esperamos que El Perú se independice de verdad

sábado, 11 de agosto de 2007

Lección de Matemáticas.





Es increíble la falta de objetividad de algunos diarios cuando hablan de la adquisición de patrulleros y armamento para la policía. Según parece, según les llega la noticia y con una total falta de rigor periodístico se dedican a propagar “falacias” sobre una licitación que es totalmente transparente y en la que no hay ninguna supuesta irregularidad. Parece que a los editores de dichos medios de comunicación les falta un poco de repaso en sus libros de matemáticas, pero por si no tienen tiempo, debido a sus muchas ocupaciones, déjenme que les ayude a entender el asunto.

Perú 21 Edición del día de hoy viernes 10 de Agosto en su página 3 tiene un cuadro explicativo y comparativo sobre lo que nos han costado esas municiones y lo que costaron a los países vecinos.

Primero hay que explicar que muchas veces el precio base de un postulante a una licitación de basa muchas veces en la cantidad, en todos los países vecinos que se mencionan ese tipo de munición adquirida por el Perú, gases lacrimógenos y un largo etcétera se utilizan muchísimo mas, aquí la verdad es que se usan mas bien poco, basta ver la gran utilización de ellos en los bloqueos de carreteras, donde casi no se podía ver de la cantidad de humo que había, aunque ahora que recuerdo, era el humo de las llantas quemadas, porque la policía, hacer, lo que se dice hacer, no hizo gran cosa, estaban parados como estatuas de cal mirando como los manifestantes se saltaban las leyes a la torera, así que claro, si vamos a comprar municiones para no usarlas, el precio es mas alto…

Pero volvamos a los precios de referencia de Perú 21, se van a pagar, según este prestigioso diario 50 dólares por cada granada lacrimógena cuando Colombia pago 22. Así mismo se van a desembolsar 28 dólares por cada cartucho lacrimógeno, cuando Colombia los adquirió a 13, madre mía que atrevimiento el publicar eso sin hacer bien las cuentas.

Vamos a ver

Granada lacrimógena 50 dólares divididos en

20 dólares de precio de compra
5 dólares por la importación
10 dólares para los “intermediarios” que participan en la negociación y tienen contactos con la empresa
15 dólares para mi y mis amigos por que para algo trabajo para el estado y mis sueldo no me da mis gastos diarios.

Cartucho lacrimógeno 28 dólares divididos en:

15 dólares de precio de compra
5 dólares por importación
5 dólares para los mismos “intermediarios” de la granada lacrimógena
3 dólares en concepto de servicios prestados a la patria por ser ministro.
Es posible que ahora entiendan porque la licitación es transparente y el precio, más que justo, es mas, regatearon un poco porque algunas comisiones de “intermediarios” eran muy altas. Que falta de moral calumniar así al ministro del interior, cuando lo único que intentaba es equipar a la tan eficiente policía, que tan diligentemente desbloquea pistas, inspecciona combis y hace sus deberes con impecable diligencia.

En definitiva, por favor señores editores de los diarios, antes de ir profiriendo falacias sobre el precio de las licitaciones y manchando reputaciones ajenas, calculen bien el precio de los productos, que de algo tienen que vivir los “amigos” e “intermediarios”, además ¿Quién dijo que ser ministro de la patria debía ser gratis?, alguna tajada habrá que sacar de ello.

Como dice el reclame de cierta tarjeta de crédito, granada lacrimógena 50 dólares, cartucho lacrimógeno 28 dólares, ser ministro del interior…no tiene precio

Leopoldo José Pila Brieva

Victimas de la Tolerancia.


Un día mas nos levantamos teniendo que lamentar la perdida, siempre inútil, de vidas humanas en las carreteras, un día mas tenemos que preguntarnos cuantas horas, o minutos o segundos quedan para que alguien se deje esos preciosos años de vida que le quedan derramados por las autopistas de este país, un día mas nos toca expresar nuestras condolencias a muchas familias que han visto trucadas sus expectativas y sus vidas, y un día mas tenemos que tragarnos la rabia, la impotencia y el asco y ver como empresarios sin escrúpulos siguen lucrándose poniendo en riesgo la vida de los demás. Pero parece que la “Tolerancia 0” no es gratis, y hay un precio que pagar.

Desde luego hay que felicitar al gobierno y a los ministerios correspondientes por el espléndido trabajo a la hora de disminuir los accidentes de trafico, perdón, quería decir que hay que felicitar al gobierno y a los ministerios correspondientes por hacer del negocio de los camposantos, ya de por si uno que nunca quiebra ya que tarde o temprano todos acabaremos allí, un negocio mucho mas lucrativo.

Sin embargo, la culpa no la tiene ni el gobierno, ni el ministerio, la culpa y la responsabilidad en estos casos es algo intangible, etéreo y que se esfuma en el aire como si no existiesen. Ya lo ha dicho la ministra de transporte, “nosotros trabajamos en ello, pero es que las leyes no se cumplen”, caramba, usted perdone, ahora mismo escribo una carta al responsable de que las leyes se cumplan para que se ponga a ello inmediatamente. Espere un momento ¿no es usted una de las responsables de hacer que las leyes se cumplan?, tengo entendido que en un estado de derecho, el responsable de cumplir y hacer cumplir las leyes, es el gobierno, así que si analizo bien la frase que usted ha dicho la puedo simplificar y traducir como “nosotros trabajamos en ello, pero es que somos tan incompetentes que no podemos hacer aplicar las leyes”, a lo mejor habiendo dicho eso la entenderíamos todos.

¿Puede el misterio de trabajo, o el de industria, o algún ministerio, me da igual el que sea, decirnos a la población cuantas inspecciones se han hecho a las empresas de transporte?, estoy seguro de que nos quedaríamos asombradísimos. Seguramente sea mejor seguir haciendo las cosas como hasta ahora, esperar que haya otro accidente y luego descubrir que uno de los buses implicados no tenia licencia, así es mas fácil descubrir que empresas son las que hay que investigar ¿verdad?. Luego viene el típico peloteo en la justicia, la culpa no la tengo yo, la tiene el otro, y así tres o cuatro años empantanados en un proceso judicial corrupto y eterno, y mientras tanto, familias y familias siguen con sus vidas destrozadas, porque “las leyes no se cumplen”, eso si a todos nos consta que “están trabajando en ello”.

A veces me pregunto si en vez de “trabajar en ello” desde un despacho ministerial, con edecanes, alfombras y un sillón cómodo, no seria mas fácil ir a una empresa de transporte interprovincial, comprar un boleto y ver si en ese boleto iba incluido como yapa un viaje sin retorno al cielo, o al infierno, o al lugar que a uno le corresponda, porque parece que comprar hoy en día un pasaje en un bus es como jugar a la tinka, solo que todo el mundo espera que no le toque a él.

Anímense todos los responsables, acérquense a su agencia mas cercana, y pidan uno de esos boletos de la muerte, será como tener turismo de aventura, experimente la sensación de miedo, la incertidumbre de saber si el piloto se va a quedar dormido, o de si el bus cumple con las normativas de seguridad, o de si los asaltarán en las carreteras. Les aseguro que será una experiencia inolvidable que les hará trabajas mas duramente en sus labores, y a buen seguro logre que no haya mas victimas de la tolerancia.


Leopoldo José Pila Brieva

La mesa bien vale una ideología.


Cuando para acceder al trono, quien se convertiría en Enrique V de Francia, a la sazón de religión calvinista, se convirtió al cristianismo, pronuncio la frase “Paris bien vale una misa”, con lo cual quería decir que, en un movimiento de, por aquel entonces realismo político, había, tras infructuosos esfuerzos bélicos por hacerse con el trono de Francia, mediante un movimiento político, accedido al mismo. Él en su fuero interno seguiría siendo calvinista, pero para la palestra, era católico, que era lo que demandaba la población francesa.

Seguramente el lector se pregunte a que viene esta pequeña reseña histórica, pues bien, nunca ha venido tan a mano el ejemplo de vender los principios religiosos, morales o incluso políticos para alcanzar un objetivo personal, ya que algo muy parecido ha ocurrido en la tan traída y llevada mesa directiva del congreso en esta legislatura.

Para hacer frente a la opción del oficialismo, se presento una candidatura “multipartidaria”, siempre que aceptemos que “multipartidario” quiere decir de dos partidos, en este caso no solo se ha adoptado una nueva ideología, sino que se han vendido amigos, traicionado lealtades y dejado ideales en un segundo plano, todo en aras del poder y las ambiciones personales.

Que el APRA pacte con partidos de uno u otro signo político, incluso con tránsfugas y personajes que solo usaron sus respectivos partidos políticos como trampolín de lanzamiento al congreso y una vez alcanzado este objetivo los abandonasen como barco que se hunde, no es de extrañar, al fin y al cabo, aunque solo sea en teoría, el partido Aprista es de centro izquierda, es decir, tiene una mejor posición para el logro de acuerdos tanto con la derecha como con la izquierda.

Lo que llama mucho más la atención es que la “alianza” Unidad Nacional, haya pactado con el partido nacionalista peruano, para intentar alcanzar la presidencia de la mesa directiva, contra todo pronostico, todo sentido común, y todo uso de racionalidad.
Decir que las agendas de ambos partidos se parecen, o que puede haber consenso entre ambos es como decir que el agua y el aceite se mezclan, o que las ovejas vuelan, tome usted el ejemplo que mejor le convenga.

El ansia de poder del congresista Javier Bedoya, quien en muchos casos parece creer que por llevar la sangre que lleva, es decir, por la gracia divina de los reyes medievales, esta destinado a hacer y deshacer, o a llegar a lo mas alto, le ha llevado, y junto con el al resto de su “alianza”, prácticamente a un punto de quiebre.
Si esto fuese una elección papal, prácticamente se le podría acusar se simonía, y excomulgar directamente.
Para intentar alcanzar una posición de poder, para poder mirar al resto de los mortales por encima del hombro y demostrarse a si mismo, ya que al resto nos tiene mas que demostrado que no es ni será una décima parte de la sombra de su augusto padre, ha vendido la ideología del PPC como partido, la unidad de la alianza como tal y si hubiera podido hasta su mismo alma, y pactado con el partido nacionalista del Perú, que poco menos debe ser, para el resto de los miembros de la bancada de su grupo parlamentario, como pactar con el diablo.
Que Unidad Nacional, o mejor dicho que el señor Bedoya pacte con el partido nacionalista, es decir, con un grupúsculo de individuos ansiosos de poder, sin mas cohesión que la que tímidamente y con cada vez menor intensidad impone un aprendiz de dictador como es Ollanta Humala, sin un ideario, o mas bien con un ideario de los años 70, mas próximo a las dictaduras militares y al aislacionismo comunista de antes de la perestroika, con una idea anticuada del modelo económico, por no decir, del modelo social, y con una concepción de la política mas próxima a los revolucionarios que a los políticos. Un partido que no vacila en utilizar la fuerza tanto en el propio congreso, recordemos el bochornoso “incidente” de las parlamentarias de este grupo político entrando a patadas en el congreso cuando se aprobó el TLC, como cuando cree que un gobierno no es legitimo porque las encuestas, en las que su líder, Ollanta Humala, ha dicho hasta la saciedad no creer, no le dan la suficiente aprobación.

Así las cosas, ahora el señor Bedoya se ha quedado sin soga y sin cabra, no logro la mesa directiva, y la logrado dividir aun mas si cabe a su propia bancada, por no decir que ahora tendrá que buscar su ideología, que en algún lugar del camino se ha quedado, tal vez deba darse un paseo por la “Cachina”, donde se suelen encontrar cosas que se “extravían”, o entregar el recibo en la casa de empeños donde la vendió, aunque, viendo el valor que le da a sus convicciones políticas, creo que lo mas probable es que la ideología del señor Bedoya este desamparada en algún vertedero municipal, esperando que alguien la adopte y la de el trato que siempre se mereció y del que nunca fue objeto.

“La mesa bien vale una ideología” señor Bedoya, ¿o no?




Leopoldo José Pila Brieva