No soy peruano, y hoy por primera vez en mi vida he notado el terror de sentir un terremoto, y es algo que no le deseo a nadie, hoy, la tierra ha temblado, y mientras aún no nos recuperamos del susto, y ya empezamos a llorar y a lamentar la perdida de vidas, nos damos cuenta, que cuando la naturaleza se muestra, como lo hace a veces, como lo hizo con el Tsunami en Indonesia, o con el Katrina en Estados Unidos, cuando nuestro planeta nos recuerda, que no somos dueños de el, sino simplemente su inquilinos, es entonces cuando olvidamos nuestras diferencias.
Durante dos interminables minutos hoy todos hemos sido iguales, y la persona que tenias al lado se preocupaba por como estabas y por como estaba su familia, ves ese mismo pánico que rondaba tu cabeza, expresado en sus ojos, nada importaba, no hay diferendos marítimos, ni colores políticos, es, en ese momento cuando eres uno con el y el uno contigo, cuando te aseguras de que te sigue a un lugar seguro, o cuando el se asegura de que tu estas detrás y a salvo. Cuando gente da ánimos a otras personas con las que no ha hablado en su vida, cuando vecinos que apenas se saludan, se preocupan el uno por el otro, hoy la naturaleza, nos ha hecho, individualmente a cada uno, mejores personas, aunque solo sea por 2 minutos, esos 120 segundos en los que 20 millones de personas eran solo una, y una eran 20 millones, el Perú llora los muertos, y se recupera de la herida, las familias recuperan lo que pueden, todos temerosos de que el planeta nos recuerde otra vez cual es nuestro sitio, hoy durante 2 minutos, todos éramos hermanos, padres, primos, vecinos, madres, amigos….hoy durante 2 minutos el Perú era solo uno.
Leopoldo José Pila Brieva
