Ya han pasado 4 días desde el desastre y la ayuda aún no ha llegado a todas partes, y no por que no haya, la ayuda humanitaria esta lloviendo desde todos los rincones del globo, sino por la falta de coordinación.
Según pasan las horas y la magnitud de la tragedia se muestra en todo su esplendor ante nuestros ojos, comienzan a buscarse responsabilidades, el miedo, según pasa, va dejando paso a la ira, a la impotencia y al rencor, como no podía ser de otra manera.
He visitado muchísimos blogs durante estos días, muchos de ellos con loables escritos sobre la ayuda y la movilización de la gente, volcada con sus hermanos del sur chico, y otros, que desde el segundo día, más pendientes de ver a quien podían derrumbar que de cómo podían ayudar, ayudaban, desde sus paginas, a generar un clima de odio y de indignación generalizado contra este gobierno.
¿Ha actuado el gobierno bien ante esta tragedia?, yo creo que podría haberlo hecho muchísimo mejor, pero que tampoco ha sido un desastre, pero para buscar responsables ya habrá tiempo, como dije en otro articulo, de todas maneras, en el momento en el que critique los fallos en la actuación de alguien, daré alternativas, porque no entiendo la crítica sin más, sin una alternativa, es decir, criticar por criticar, pero ya sabemos que, después del partido, es fácil ser entrenador.
Lo que es evidente, y eso es cierto y salta a la vista, es que este país no esta ni mucho menos preparado para un sismo, una inundación, ni ningún fenómeno natural de estas proporciones, y eso no es solo culpa del actual gobierno, sino de todos sus predecesores desde el terremoto del 70.
Me surgen algunas preguntas que seguramente le hayan pasado a mucha gente por la cabeza:
- Si, como dijo el presidente de la republica, este es un país sísmico (gracias señor García, no lo sabíamos), ¿Cómo es que no hay un plan de emergencia para estos casos, hace casi 40 años desde el ultimo gran terremoto y no hay un solo dispositivo de emergencia?
- ¿Cómo es posible que desde la capital del país, desde donde deben partir los equipos necesarios en caso de catástrofe, haya solo 3 vías principales de salida?, es decir, tenemos la panamericana norte, la panamericana sur y la carretera central, si una de ellas colapsa, la zona queda incomunicada del resto del país, no hay carreteras alternativas, no hay otra manera de llegar, hay que pensar en una buena red de carreteras en el país.
- ¿Por qué los comités regionales de defensa civil no tienen en cada región habilitado un hangar o un almacén con materiales de primera necesidad?, así podrían almacenarse carpas, alimentos no perecederos, linternas, pilas y ser repartidos entre la población mientras la ayuda de emergencia llega.
- ¿Como es que, tal y como señala hoy una columna de Perú 21, solo haya 20 sismógrafos en el país, mientras que en Inglaterra, que no es zona sísmica, hay 200?
- ¿Por qué se sigue permitiendo la construcción con adobe?, ¿porque las municipalidades no ordenan inmediatamente la demolición de esas viviendas?, la gente perdería dinero, es cierto, pero preferible es perder dinero a perder la vida.
- ¿Como es posible que ante un desastre como este, las comunicaciones colapsen y no porque se haya roto algún cable o caído una subestación, sencillamente porque el sistema de comunicaciones del país y la empresa concesionaria del mismo, no dan de si cuando se alcanza cierto volumen de llamadas?
- ¿Como puede haber penales construidos con adobe?
En definitiva, son tantas cuestiones y tantos interrogantes que parecen interminables, pero algo es indudablemente cierto, la responsabilidad no solamente recae en este gobierno, el hecho de que no haya más carreteras, que no haya un plan de emergencia, que defensa civil este descoordinado, que todo sea improvisación en caso de desastre, es responsabilidad de TODOS los gobiernos desde el terremoto del 70, porque no se ha hecho absolutamente nada, no se ha previsto nada, y solo se ponen parches y se da la cara para que los medios de comunicación vean que solidarios que somos todos.
Solo esperemos que dentro de 40 años o cuando quiera que sea que haya otra desgracia, no estemos repitiéndonos las mismas preguntas, de una manera interminable.
Leopoldo José Pila Brieva
